El Consejo de Seguridad de la ONU intentó condenar al régimen de Al Asad por considerarlo responsable de la muerte de 83 personas tras el ataque con armas químicas perpetrado en el norte del país. Sin embargo, como era esperable, Rusia impidió la emisión de la resolución condenatoria.
Mientras Rusia afirmó que los rebeldes ocultaron armamento químico, que las fuerzas sirias destruyeron en el ataque, provocando el derrame de materiales químicos, Reino Unido y Estados Unidos encontraron responsable a Al Asad. De hecho, Trump hizo una llamativa afirmación: “Mi actitud con El Asad ha cambiado mucho. Se han cruzado líneas rojas”.
Sin duda alguna, la cuestión de Siria puede transformarse en un nuevo foco de conflicto entre Estados Unidos y Rusia. Obama había decidido mantenerse al margen del conflicto, pero Trump parece querer involucrarse, y para eso deberá chocar con Putin.