Las fuerzas oficiales de Bashar al-Ásad siguen ganando terreno en Alepo. Así las cosas, los rebeldes tratan de mantenerse vigentes en el feudo de Sheij Said para no quedar heridas de muerte. La derrota en esta ciudad en el sur de Alepo puede marcar un punto de inflexión a favor de las fuerzas oficiales.
En este marco, y ante la crisis humanitaria que se vive en la región, Rusia ofreció su colaboración a la ONU para ayudar a los civiles de la región y especialmente a quienes estén heridos. Pero también está proponiendo negociar la salida de los insurgentes, para terminar con las batallas diarias y evitar el avance de las fuerzas oficiales sobre lo que queda de Alepo, lo cual podría dar lugar a enfrentamientos aún más cruentos.
Al momento, al menos 300.000 personas han muerto y otras decenas de miles han debido desplazarse de la ciudad.
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