Donald Trump visitó Israel e intentó tranquilizar a su líder, Benjamin Netanyahu, sobre la supuesta filtración de información confidencial brindada por Israel a Rusia. Trump afirmó que jamás mencionó la palabra Israel a Lavrov, el ministro de relaciones exteriores ruso.
Netanyahu, por su parte, manifestó que Trump es un amigo del pueblo judío, y evitó demostrar inquietud sobre el accionar de Trump en la supuesta filtración y en su reciente acercamiento al líder de la Autoridad palestina, Mahmud Abbas.
Otro tema central del encuentro fue el desarrollo nuclear de Irán, país históricamente enemigo de Israel, y contrapoder en el escenario de Medio Oriente. Trump aseguró que impedirá que la República Islámica de Irán logre completar exitosamente el desarrollo de armas nucleares. Finalmente, Trump transmitió a Netanyahu el deseo de los líderes musulmanes con los que se había reunido en Arabia Saudita de colaborar con el proceso de paz entre Israel y Palestina.
Con esta visita, Trump confirma su intención de transformarse en el mediador entre judíos y palestinos. La resolución del histórico conflicto le permitiría colgarse una medalla que lo catapultaría al estrellato en materia de política internacional