Trump encontró la forma de reconocer que Rusia hackeo el Comité Nacional Demócrata. Luego de reunirse con autoridades de inteligencia y acceder de primera mano a los informes que sustentaban la tesis de que hackers rusos accedieron a servidores del CND, Donald Trump aceptó el accionar ruso, pero al menor costo posible. Englobó la situación en ataques permanentes que sufre Estados Unidos por parte de varios países y aseguró que de ninguna manera influyó en el resultado electoral. “Mientras Rusia, China, otros países, grupos externos e individuos intentaron quebrar la infraestructura cibernética de nuestras instituciones gubernamentales, empresas y organizaciones, incluyendo el Comité Nacional Demócrata, no hubo ningún efecto sobre el resultado de la elección puesto que no se produjeron alteraciones de las máquinas de votación”, fue la afirmación de Trump en un comunicado posterior al encuentro.
De esta manera, Trump concede la razón a Barack Obama y los servicios de inteligencia, que enfáticamente señalaron que Rusia había hackeado el CND, algo que Trump hasta hoy había negado. Lo que resta saber es qué hará desde el 20 de enero con las medidas tomadas por Obama como represalia a Rusia por los hackeos.
Lo que queda claro es que Trump apuntó a resolver el dilema minimizando el costo interno. La población, la inteligencia y la clase dirigente creen en su mayoría la tesis de Obama, y su próximo representante no podía ir en dirección opuesta. La amenaza rusa es un tema muy sensible para el ser estadounidense y Trump no podía mantenerse neutral. Es cierto que no condenó a Putin por los hechos, pero al menos validó el trabajo de los servicios de inteligencia que pronto trabajarán para su gestión y se alineó con la postura oficial del país al que presidirá en pocos días.
Leer más: New York Times / BBC / NBC.