La relación que Donald Trump tiene con Rusia choca fuertemente con el tradicional vínculo que ambos países han tenido a lo largo de la historia. Según The Washington Post, en una nueva y jugada movida, el presidente estadounidense reveló al canciller y al embajador rusos datos sobre una pista clasificada, que indica que Estado Islámico estaría trabajando en una nueva modalidad de atentados en aviones, esta vez a través de computadoras y elementos tecnológicos.
Si bien el presidente Trump tiene la potestad de desclasificar información, las críticas en la prensa y la opinión pública han sido feroces, por distintas cuestiones: lo delicado de compartir con Rusia, un contrincante histórico, información tan sensible; y la afectación del vínculo con el informante, un país aliado, que decidió compartir información con Estados Unidos pero no con Rusia.
Trump vuelve a dar un golpe a la inteligencia, justo en la semana en la que despidió con fundamentos poco claros al director del FBI, James Comey.
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