Donald Trump pateó el tablero con Venezuela y en pocas horas propinó dos golpes a Nicolás Maduro, quien no podía esperar ayuda aunque sí podía tener cierta expectativa de indiferencia por parte de Trump.
A la declaración de su segundo, Tareck El Aissami, como narcotraficante por parte del Tesoro, Trump sumó ayer un nuevo mensaje a Nicolás Maduro. Recibió en la Casa Blanca a Lilian Tintori, esposa del líder de la oposición Leopoldo López, y pidió explícitamente su liberación. Además, se conoció que en su comunicación con el presidente argentino, Mauricio Macri, también manifestó su inquietud sobre la cuestión Venezuela.
Maduro, por su parte, se hizo esperar con la respuesta. Instó a Trump a no inmiscuirse en los asuntos internos de Venezuela y afirmó que su país reaccionará como considere conveniente ante intromisiones de Estados Unidos, aunque afirmó que prefiere mantener una relación de mutuo respeto e igualdad con la potencia del norte. Y pocas horas después, el Tribunal Supremo, que responde a Maduro, ratificó la condena de López a 14 años de prisión.
Con estos dos episodios, la relación entre la administración Trump y Nicolás Maduro arranca con un nivel de tensión alto, que seguramente contará con nuevos episodios conflictivos.