Un poderoso terremoto de magnitud 7,3 puntos en la escala de Richter cerca de la frontera entre Irak e Irán mató a más de 400 personas e hirió a 6.700 en ambos países. La provincia occidental de Kermanshah, una región montañosa rural ubicada al oeste de Irán donde los residentes dependen principalmente de la agricultura, sufrió la mayor parte del siniestro.
En Irak, el terremoto mató al menos a siete personas y dejó heridas a 535, todas en la región kurda del norte del país, según el Ministerio del Interior iraquí. El terremoto se centró a 31 kilómetros fuera de la ciudad iraquí oriental de Halabja, de acuerdo con las mediciones del Servicio Geológico de los EE.UU.
En Irán se encuentran muchas líneas de falla tectónica y es propenso a temblores casi diarios. En 2003, un terremoto de magnitud 6,6 aplastó la ciudad histórica de Bam, matando a 26.000 personas. En agosto de 2012, el último gran terremoto en Irán afectó a la provincia de Azerbaiyán Oriental y mató a más de 300 personas.
La tragedia llega en un momento en el que Irán se encuentra en plena disputa por la soberanía regional con Arabia Saudita e interviniendo activamente en la batalla contra el ISIS en Siria e Irak. Como parte de su refuerzo del frente interno, el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, ofreció sus condolencias el lunes y el presidente Hassan Rouhani visitará las zonas afectadas el martes.