El presidente estadounidense, Donald Trump, recibió ayer al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en lo que fue el relanzamiento de las relaciones entre ambos países luego del conflictivo vínculo que mantuvieron Netanyahu y Obama durante ocho años.
En referencia al conflicto que mantiene Israel con Palestina, Trump evitó ser tan terminante como en su campaña, en la que había instado a Israel a seguir construyendo asentamientos en territorio en disputa. El presidente estadounidense pidió a su par israelí “contenerse” en su política de expansión, y afirmó que puede aceptar la teoría de los dos estados o la de un solo estado, “lo que haga más feliz a ambas partes”, rompiendo con la postura de Estados Unidos de apoyar solo la creación del estado de Palestina, lo que daría lugar a dos estados. Trump también prometió a Netanyahu controlar a Irán en su desarrollo nuclear.
Con este encuentro, Trump se mete de lleno en el conflicto de Medio Oriente, defendiendo fuertemente al aliado histórico Israel, pero con una ambigüedad en su mensaje que contrasta con la firmeza mostrada durante la campaña.