Como señalaba ZI días atrás, la implementación del acuerdo firmado por Juan Manuel Santos con las FARC necesitaba la aprobación de la Corte colombiana sobre la manera de implementarlo. El Congreso colombiano había aprobado la tramitación del acuerdo por la vía rápida hace seis meses, pero la Corte debía dar su veredicto sobre esa situación. En pocas palabras, lo que permite la vía rápida es tramitar en menos tiempo los cambios constitucionales necesarios para implementar el acuerdo con las FARC. Con el visto bueno de la Corte, el Congreso podrá actuar en consecuencia y Santos podrá poner en ejecución lo acordado.
En principio, a partir de ahora la Ley de Amnistía, que permitiría el traslado de los guerrilleros hacia zonas de tránsito y campamentos en los que comenzará su incorporación a la civilización, podrá ponerse en práctica pronto sin que los guerrilleros sientan peligro de ser detenidos, como habían denunciado días atrás.
Aunque la dinámica cambiante de este conflicto siempre obliga a guardar espacio para la desconfianza, todo indica que finalmente llegó el momento en el que la paz comienza a hacerse efectiva en Colombia. Al menos en lo que hace a la relación estado colombiano – FARC, porque la interna política desatada entre Santos y Uribe por esta cuestión promete presentar varios capítulos más.
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